RICARDO
AGUIRRE “El Monumental”, ¡insuperable expositor de la gaita zuliana!
La música es la expresión
más sutil del arte, imágenes y emociones que se combinan para estimular en los
humanos el mayor número de motivaciones. La gaita es una composición poética-musical
para ser cantada en grupos, apoyada en instrumentos sonoros y con la finalidad
de producir entusiasmo, solidaridad, agradecimiento, fe, religiosidad,
protesta, etc.
En la actualidad no podemos
hablar de gaita zuliana sin pensar en Ricardo Aguirre, es como una simbiosis y
de mutua inmanencia la que integran la copla más emblemática de nuestra región
y su insuperable expositor.
Ricardo
José Aguirre González, nació en uno de los lugares más simbólicos
de la gaita zuliana, “El Empedrao” de
Santa Lucía, el 09 de mayo de 1939. Músico versátil y apasionado; tocaba piano,
guitarra, mandolina y cuatro, éste fue su instrumento favorito en sus ratos de
bohemia y exaltación. Además fue maestro de escuela, locutor, poeta, trovador,
compositor y gaitero. En este campo, sus hechuras -que con su voz hizo sonar de
manera tal que lo inmortalizaron como El Monumental- forman parte del más
representativo género de la música zuliana.
La gaita protesta, que ha
sido una de las vías más expedita para reclamar los zulianos sus derechos,
consiguió en Ricardo Aguirre una voz excelente que hace sentir nuestro
gentilicio en todo el territorio nacional. Ejemplo, al cantar “La Grey Zuliana”
–la gaita más alegórica para oponerse al mal proceder de los gobernantes
nacionales y regionales- dejó un recurso importante e indeleble a todos los
pobladores. Pues es una especie de plegaria que el pueblo tributa pidiendo
castigo en la instancia divina -representada en este caso por la Virgen de
Chiquinquirá- para aquellos que los han maltratado y engañado, ya que en la
vida terrenal no consiguen que se haga justicia.
“El
Monumental” perteneció a varios grupos gaiteros: Los Sabrosos, Santa Canoita, Los
Cardenales, Los Cardenales del Éxito y el Conjunto Saladillo y comenzó a
grabar en el año 1963, dedicándose exclusivamente a temas costumbristas que
dieron lugar a obras como: “Gaita
Pascuera”, “Madre”, “Gaita Gaita”, “Gaitas Tradicionales”, “Gaita Sandunguera”,
“Golpe Tradicional”, “Maracaibo de Antaño” y “La Chinita”. Como puede apreciarse, su trabajo no incluye gaitas
de contenido sociopolítico.
Llama la atención que de un
total de 76 gaitas grabadas, compuestas y/o interpretadas por Ricardo Aguirre a
lo largo de su desempeño profesional, sólo ocho expresan un contenido
protestatario. No obstante, se reconoce en
él la voz que interpreto las más importantes gaitas de su época. Esas ocho
gaitas llevan por título: “El
Hambriento” (1964), “Guayana Esequiba”
y “La Centralización” (1965), “Imploración” (1966), “La Grey Zuliana” (1968),
“Maracaibo Marginada”, “Que Decepción” y “Decreto Papal” (1969).
Siete aspectos parecen
decisivos para comprender la alta valoración social de Ricardo Aguirre como el
cantor zuliano por excelencia:
- Su apropiación y utilización de la gaita para expresar contenidos sociopolíticos durante el periodo 1964-1969.
- La
presidencia del Dr. Raúl Leoni ejercida precisamente desde marzo de 1964 hasta marzo de 1969,
habiendo sido candidato por el partido Acción Democrática.
- La
militancia activa de Ricardo Aguirre en el Partido Social Cristiano
“COPEI” (opositor al gobierno de Leoni).
- Su
consolidación como el compositor e intérprete gaitero más destacado del
país, al expresar el descontento social con el ejercicio del presidente
Leoni, a través de composiciones como “La Grey Zuliana” (1968) y
“Maracaibo Marginada” (1969)
- Las
elecciones presidenciales de 1969, en la cuales fue derrotado el partido
de gobierno, representado en la contienda electoral por el Dr. Gonzalo
Barrios -quien había formado parte del Gabinete Ejecutivo del presidente Leoni
como ministro de Relaciones Exteriores-. Paralelamente el triunfo del Dr.
Caldera, en representación del partido COPEI, en el cual militaba Ricardo
Aguirre. El Dr. Caldera, fundador del mismo partido ocupó la presidencia
del país, desde marzo de 1969 hasta marzo de 1974, pero Aguirre sólo verá
el desempeño de los primeros ochos meses del gobierno copeyano.
- La
inesperada muerte de Ricardo Aguirre el 8 de noviembre de 1969, en la
cúspide de su carrera artística, a pocos meses del triunfo de su agrupación
política, en plenas fiestas decembrinas y justo diez días antes de la
esperada serenata en la que Aguirre y otros gaiteros cantaría a la Virgen
de Chiquinquirá.
- El tributo rendido por el Zulia y la nación venezolana como despedida a Ricardo Aguirre. Ese día la gaita, los zulianos y el país en pleno, dijeron adiós al cantor de “La Grey Zuliana” con un multitudinario homenaje que llenó las principales calles de Maracaibo. Una demostración de afecto nunca antes ofrecida a personaje alguno en ese prominente estado.
MARACAIBO
MARGINADA, ¿QUE MÁS TE PUEDE PASAR, QUE YA NO TE HAYA PASADO?, Ricardo José
Aguirre González y la ex-presión social en la gaita.
Es evidente que Aguirre
personificó en su época la histórica función expresiva de la gaita como recurso
social del pueblo ante los gobernantes y grupos de poder. Esa función nos
permite a la etimología misma de la palabra ex-presión: movimiento del interior
hacia el exterior. Es decir, el proceso en el cual una presión se libera, se
dispara hacia afuera buscando comunicar (un mensaje). Creando condiciones para
inter-cambiar im-presiones con el otro. Invitando a exteriorizar y liberar lo
que se lleva por dentro y utilizar creativa y positivamente la energía de esa
presión.
En resumen, transferir la
energía de las im-presiones colectivas a través de la ex-presión creativa, para
buscar un equilibrio entre el adentro y el afuera, entre el emisor y el
receptor, entre el pueblo y sus gobernantes. Esto
lo hizo Ricardo Aguirre con la gaita, enviar a través de sus composiciones un
mensaje sociopolítico al pueblo. De hecho, en ese contexto de expresión
colectiva, los gaiteros fungen como válvulas de escape, aliviaderos, medios
comunicacionales entre la sociedad y quienes tienen el compromiso y la
responsabilidad de conducir sus destinos.
Pero con frecuencia las
personas y grupos en condición de mando prefieren desarrollar diversos
mecanismos para silenciar e impedir la necesaria función ex-presiva de la
música y el arte, y en general optan por callar lo que no quieren oír. Cada vez
más, nuestros compositores gaiteros se ven constreñidos y apresados en el
círculo vicioso del folclorismo pintoresco e insípido que esos mismos grupos de
poder han instaurado como íconos de la Zulianidad: El lago, El puente, Roñoquero, Mamblea, Cambuleto, El Saladillo, El
Empedrao, La Chinita, Santa Lucía, Los poetas zulianos, Al sol, etc.
Los gobernantes tienden a
ver con desconfianza y recelo a los artistas que salen del redil y tocan temas
sensibles como la inseguridad, el odio y la fragmentación ideológica de la
población, el desempleo, la corrupción, el abandono de la ciudad, la
mendicidad, el centralismo, los impuestos, la inflación, la ineficacia de los
servicios públicos, las carencias en los planteles educativos, la ineficiente
burocracia de los organismos oficiales y muchos más.
Curiosamente los gobernantes
que ven con suspicacia estos temas, han optado por catalogar estas gaitas de
ex–presión social como “protestas”, limitando su proyección
y efecto creativo en la sociedad, y estigmatizando la deseable y necesaria
comunicación entre esta con los gobernantes. Pero quienes la han catalogado
como protestas,
son precisamente quienes la miran desde sus particulares intereses partidistas
y sectarios, quienes –dichos sea de paso-, se gozan y correan las gaitas que
atacan a sus contrarios, y censuran las que les apuntan a ellos.
A propósito del “mecanismo
de contención” que impiden la ex-presión del pueblo a través de la gaita, vale
la pena referir la creación e institucionalización del gremio gaitero por parte
de las instancias gubernamentales a través de organizaciones como la Fundación
para la Academia de la Gaita Ricardo Aguirre del Estado Zulia (FUNDAGRAEZ), creada
por el gobernación del estado Zulia, el 14 de noviembre de 2003, con el propósito
de dignificar a los gaitero e instaurar el precedente de una institución
dedicada a la enseñanza de la gaita, desde sus distintas variantes, así como
también, trabajar en la promoción y difusión de los valores primarios de la
gaita zuliana, proporcionando la investigación histórica, literaria,
socio-antropológica, psico-social y etno-musicológica del género folclórico.
Esta Fundación también creó programas
de becas y cátedra para fomentar la enseñanza y estudio del género musical,
organizando festivales, conciertos y concursos, además de colaborar con la
calidad de vida de los gaiteros, promoviendo becas de estudios y pensiones para
los más necesitados, desposeídos y a los ancianos de este gremio.
Asimismo cabe destacar la
creación del Instituto Municipal de la Gaita Ricardo Aguirre (IMGRA) fundado
por la Alcaldía de Maracaibo, el 5 de octubre de 1993, como un ente municipal
destinado a brindar protección y fomento a la gaita zuliana, proteger la cadencia
y el estilo de este género, derivados de la costumbre y la tradición, del mismo
modo, apoyando a quienes se destaquen en la composición, interpretación vocal y
ejecución instrumental de la gaita.
Ambos organismos rezan haber
sido establecidos para “bridar protección y fomento a la gaita zuliana” y
efectivamente, aglutinan más del 80% de
las agrupaciones gaiteras del Zulia y el país.
Convertido en empleado del
gobierno, el gaitero se ha visto impedido de asumir el histórico compromiso con
su pueblo. Ha tenido que renunciar a su función ex-presiva por lo que se ha
incrementado internamente la presión social, sin que la gaita levante su voz
para aprobar o desaprobar, opinar, orientar, reconocer…, en resumen comunicar
los afectos y desafectos del pueblo. Toda esta presión se ha ahogado en un acto
íntimo o en el menor de los casos en balbuceos apocados en su valoración
política.
Paradójicamente el emblema y
el epónimo de estas organizaciones gubernamentales es Ricardo Aguirre González.
Es preciso reconocer que otros géneros venezolanos y fusiones de música
alternativa, han asumido posición frente a esta situación y han abierto nuevos
canales para el pronunciamiento colecto frente a los asuntos públicos,
generando la tan esperada ex-presión musical del pueblo. Y mientras los sutiles
mecanismos del poder consolidan la autocensura de los cantores del pueblo
zuliano, no podemos menos que recordar a Ricardo Aguirre, cuando en su gaita
Maracaibo Marginada, se pregunta: “¿Qué más te puede pasar, que ya no te haya
pasado?”
Siendo
la gran capital/
De
un estado prominente/
Sufre
religiosamente/
Del
olvido nacional/
(Ricardo
Aguirre “El Monumental”)
La existencia de Ricardo
Aguirre fue corta, un lamentable accidente de tránsito el sábado 8 de noviembre
de 1969 en el sector de Veritas, en la avenida 9B, entre calle 87 y 88 de
Maracaibo, extinguió su vida.
En su honor, el 4 de
noviembre de 1983, el gobernador del estado Zulia, Humberto Fernández Auvert,
promulgó un decreto donde declaró oficialmente el 8 de noviembre como “Día del Gaitero”.
El
Monumental perteneció a una familia gaitera: progenitores,
hermanos, hijos, sobrinos, en fin una dinastía que cada día se incrementa y
hace más grande y grato sus recuerdos, para que sus gaitas suenen hasta la
conclusión de los siglos.
Sus restos mortales reposan
en el Panteón Regional desde el 8 de noviembre de 2002.
Madre
mía si el gobierno/
No
ayuda al pueblo zuliano/
Tendréis
que meter la mano/
Y
mandarlo pa´l infierno.
(Ricardo
Aguirre “El Monumental”)
FUENTE:
Revista de Amigos de la Música Zuliana
Noviembre 2010
Año I
Maracaibo. Estado Zulia. Venezuela
Nº 3.
Autores: Iván Darío Parra
Ernesto Mora Q.
Jean González Q.
Dianora R. de Mora
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