Diario
El Fonógrafo.
El
Fonógrafo fue uno de los periódicos más importantes de Venezuela a
finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Su fundador,
editor, propietario y director desde 1879 hasta 1908, fue el periodista Eduardo
López Rivas, natural de la ciudad de Maracaibo, donde comenzó a imprimirse el
diario.
A partir de enero de 1909 su
hijo mayor, Eduardo López Bustamante, asumió la dirección del periódico, hasta
su clausura en 1917 por el dictador Juan Vicente Gómez.
Oposición
a Guzmán Blanco.
El Fonógrafo cumplió una
función informativa y social de primer orden, particularmente en lo referente
al estado Zulia y a la ciudad de Maracaibo. Fue especialmente agudo en
denunciar las graves fallas del gobierno en asuntos de interés público y bienestar
social, enfrentándose con ello a la personalidad autocrática del dictador
Antonio Guzmán Blanco.
El cónsul estadounidense
durante la época, Eugene H. Plumacher, escribe en sus memorias: “Guzmán Blanco
nunca tuvo una buena disposición hacia el Zulia”... El Zulia había tenido un
espíritu muy independiente pues era de todo el pueblo venezolano, el más amante
de su libertad.
El diplomático plasmó en su
libro la situación tan precaria que vivía por entonces la libertad de expresión
en el país y, en particular, El Fonógrafo: Los periódicos que se atrevieran a
expresarse desfavorablemente sobre la política del presidente eran simplemente
suprimidos, como se comprobó en Maracaibo con el caso de "El
Fonógrafo". Este periódico fue (y es todavía) uno de los periódicos mejor
dirigidos de Venezuela, modesto y refinado en su tono, pero firme y serio en
todos los asuntos que se relacionaban con el bienestar público. Su propietario
y editor en jefe era Eduardo López Rivas... este señor no escatimó en gastos
para organizar su establecimiento en su mejor estilo y con las últimas mejoras
tipográficas... el gobierno envió sus tropas a las oficinas para confiscar todo
lo que encontraron.
Toda la maquinaria, los
tipos y otros accesorios de prensa fueron enviados a la Casa de Gobierno, donde
inmediatamente se comenzaron a utilizar para publicar un periódico que apoyaba
los intereses de Guzmán Blanco.
Eduardo López Rivas, fundador, editor y director desde 1879 hasta 1908 |
López Rivas no era un
personaje fácil de dominar. Era un hombre ilustrado, de firmes convicciones y
un luchador capaz de resistir persecuciones, exilio y prisión. Gracias a la
tenacidad de su carácter logró reabrir el periódico más de una vez, siempre
bajo amenazas y censura. Éstas, sin embargo, nunca llegaron a ser suficientes
para que el gobierno de Guzmán lograra silenciar el diario en forma definitiva,
el cual, a duros golpes, sobrevivió treinta y ocho años de gobiernos
dictatoriales.
La
"Era López Rivas".
El Fonógrafo circuló por
primera vez el 21 de mayo de 1879.
El diario surgió cuando
reinaba en el mundo occidental la filosofía positivista, apoyada en el progreso
tecnológico, el desarrollo de modernas ciudades y los grandes inventos; como el
de Thomas Edison, cuyo nombre adoptó el periódico. “Fonógrafo” era una palabra
nueva, producto de la reciente invención del aparato que registraba y
reproducía los sonidos y la voz humana. Con ello el editor dejaba claro que,
más que a la batalla política, asociaba el contenido de su diario a las
innovaciones, el progreso y la civilización.
López Rivas había sufrido
persecuciones, cárcel y exilio a causa de la censura aplicada a los periódicos
que había dirigido anteriormente. El nuevo diario aparecía cuando finalizaba un
período de conflictos en la región, a causa del cierre temporal del puerto de
Maracaibo por parte del gobierno. Se anunciaba un nuevo tiempo con la
reapertura del puerto y la consecuente reactivación de la economía, que dejaba
atrás las batallas políticas del pasado.
López Rivas pretendía crear
un periódico moderno, asociado a la idea de una nueva era de paz y progreso. En
la edición inaugural del 21 de mayo de 1879, explicaba las razones por las
cuales había escogido ese nombre para su diario.
...Y
no es por capricho por lo que llamamos El Fonógrafo a nuestra humilde hoja; esperamos
que los odios que nos ciegan se disipen entre auroras de concordia y que el
espíritu del progreso se extienda entre todos los zulianos para el beneficio de
nuestra amada tierra.
Portada del diario El Fonógrafo a finales del siglo XIX |
Esa visión de paz, armonía y
nuevos tiempos, no implicaba alterar la línea independiente que se proponía
seguir el diario, ni su firme convicción de denunciar los problemas de la
región.
En el trabajo sobre el
Fonógrafo, publicado por las profesoras Nilda Bermúdez y María Romero, de la
Universidad del Zulia, se lee: “a través de El Fonógrafo se lanzan campañas
relacionadas con los más graves problemas locales y regionales: el contrato del
muelle artificial...el tráfico de indígenas...la insalubridad, entre otros, son
asuntos que encuentran eco en la preocupación periodística de López Rivas.
Cuando Guzmán Blanco se
dispone a regresar de Europa en 1886, para una nueva gestión presidencial
producto de una campaña apoyando su regreso, conocida como "Aclamación
Nacional", López Rivas escribe en su editorial:
¿Cuántos
días de fiesta tendremos para celebrar la "realidad de ese delirio",
como dice la proclama? Que no bajen de una semana. Hay que refrescar la memoria
respecto a la manera, orden y extensión que el pueblo zuliano debe emplear en
sus transportes de júbilo...pocos recordarán con fijeza cuál es la jaculatoria
que les toca recitar, ni cuántas veces deben tirar el sombrero al aire en señal
de entusiasmo delirante...hay que comprar lanilla para hacer banderas, bombas
para la iluminación, fuegos artificiales, champagne...hay que escribir y
aprender los discursos que luego se improvisarán en un momento de patriótico
delirio...y tantas otras cosas que hacer! No hay instante que perder!
Página interior de "El Fonógrafo" en el siglo XIX |
Es aún recordada la célebre
frase que publicó el periódico el 22 de junio de 1887, comentando el estado de
inmundicia de las calles de Maracaibo, ciudad oprimida por el abandono y el
despotismo del gobierno central; llena de barro y basura revueltos por las
fuertes lluvias. López Rivas resumió la situación así: Liberté, egalité,
fraternité y…!SUCIETÉ¡
Diseño
y circulación.
El periódico apareció como
bisemanario en el año 1879 y se convirtió en diario a partir de 1882. Era un
periódico pequeño, "tabloide", formado por cuatro páginas de
noticias, literatura y anuncios comerciales.
Se editó en imprentas
locales de la ciudad de Maracaibo, hasta que López Rivas creó en 1881 su propia
casa editorial: la Imprenta Americana. Esta imprenta fue, desde su comienzo,
uno de los establecimientos tipográficos más finos y completos del país,
traduciéndose ello en la impresión y los diseños renovados del periódico, el
cual a partir de entonces comenzó a cambiar su presentación. Para el año 1883
había aumentado considerablemente en tamaño y en número de columnas y en el año
1917 se publicaba una edición simultánea de ocho páginas en la capital
venezolana, Caracas.
Especial mención merece la
edición extraordinaria de El Fonógrafo del 19 de abril de 1910, que inauguró en
Venezuela la impresión en tricromía. Esta edición colocó a la "Imprenta
Americana" entre las mejores del mundo, quedando el hecho registrado en la
edición de la revista alemana "Anales Tipográficos", de fecha junio
de 1910.
Edición especial de "El Fonógrafo", del 19 de abril de 1910 |
El Fonógrafo y López Rivas
mantuvieron una trayectoria digna y firme, que ha inspirado a muchas
generaciones de periodistas. Los hijos de López Rivas aprendieron la profesión
de su padre trabajando a su lado y pasaron la mística profesional que habían
heredado a las generaciones que les siguieron. En palabras del historiador
venezolano, Alfredo Tarre Murzi, López Rivas fue un precursor, un sembrador... sus
hijos Carlos y Eduardo López Bustamante, continuaron sus labores y sus
propósitos patrióticos, sembrando en las generaciones del siglo veinte las
ideas de su progenitor.
Dinastía
López Bustamante.
En 1909, un joven de 28 años
asume la dirección de El Fonógrafo de Maracaibo. Se trata de Eduardo López
Bustamante, el hijo mayor de López Rivas. Al igual que sus hermanos, Carlos
López Bustamante, Enrique López Bustamante y Teresa López Bustamante, Eduardo
ha sido formado a la sombra de su progenitor y conoce muy bien la profesión
periodística, que ha ejercido desde la adolescencia en la empresa familiar.
Eduardo López Bustamante, editor y director desde 1909 hasta 1917 |
Cuando López Rivas se
retira, la nueva generación se encarga de la Imprenta Americana y del diario,
convirtiéndose en un equipo único de comunicadores sociales en su país; una
dinastía de escritores, la Dinastía López de Venezuela. En su libro
"Biografía de Maracaibo" Alfredo Tarre Murzi escribe: “Eduardo López
Rivas y sus hijos merecen figurar en el elenco de los forjadores de una
república moderna basada en la democracia, la libertad y la justicia
social...el Zulia puede sentirse orgulloso de esta ilustre dinastía”.
Bajo la dirección de Eduardo
López Bustamante los talleres de la imprenta se renovaron, acordes con el nuevo
siglo. Las nuevas linotipias permitieron un tiraje mayor y López Bustamante
llevó el periódico a ocho páginas. Creó además en Caracas una edición
simultánea de "El Fonógrafo", bajo la dirección local de su hermano
Carlos López Bustamante, y en Madrid la primera corresponsalía de Venezuela en
Europa, a cargo de su hermano Enrique López Bustamante.
Precursor
del periodismo moderno.
“El Fonógrafo” del siglo XX
modernizó el periodismo tradicional en Venezuela y sentó las bases de las
comunicaciones de hoy. El concepto de tres polos de información,
Maracaibo-Madrid-Caracas, era algo nunca visto a principios del siglo XX y el
trabajo de varios periodistas coordinando la labor, representó el primer
intento de lo que hoy son las corresponsalías.
Teresa López Bustamante, a
cargo de las informaciones del telégrafo en las oficinas de "El
Fonógrafo"
Carlos López Bustamante, a
cargo de la edición simultánea de "El Fonógrafo" en Caracas.
Carlos López Bustamante, a cargo de la edición simultánea de "El Fonógrafo" en Caracas |
López Bustamante y sus
hermanos protagonizaron una cruzada por la vanguardia, que en 1918 José Rafael
Pocaterra describió en su libro “Memorias de un venezolano de la decadencia”.
Se refería entonces al diario “El Fonógrafo” como “lo único que se había
parecido a periódico moderno en Venezuela”. Las ediciones de Caracas y
Maracaibo -escribía- representaban dos grandes y modernos diarios venezolanos,
de ocho páginas cada uno”.
"El eje
Maracaibo-Madrid- Caracas fue el primer intento de una visión global del
periodismo venezolano. El director de “El Fonógrafo”, Eduardo López Bustamante,
tenía a su cargo la coordinación y la edición matriz del diario en Maracaibo.
En Caracas estaba al frente Carlos López Bustamante, encargado de la edición
simultánea de la capital, y el contacto con Europa lo ejercía Enrique López
Bustamante, corresponsal del diario en Madrid. Al frente de la Imprenta
Americana, donde se editaba “El Fonógrafo” de Maracaibo, estaba Teresa López
Bustamante, que controlaba el telégrafo y el flujo de información entre las
tres capitales."
Teresa López Bustamante, a cargo de las informaciones del telégrafo en las oficinas de "El Fonógrafo" |
Clausura
de El Fonógrafo.
La gestión de López
Bustamante se enfrentó con una de las más feroces dictaduras de Hispanoamérica:
la dictadura de Juan Vicente Gómez. Este oscuro personaje controlaba los medios
de comunicación y tenía en un puño a los representantes del poder económico que
se plegaban a sus deseos. El Fonógrafo, por el contrario, mantuvo su política
independiente durante el gobierno gomecista y López Bustamante se manifestó en
sus editoriales de la misma forma en que lo había hecho su padre.
Al estallar la Primera
Guerra Mundial la represión del gobierno sobre el periódico se hizo más fuerte
porque, a diferencia de muchos otros diarios del país, El Fonógrafo apoyaba
abiertamente a los Países Aliados en el conflicto. Gómez, por el contrario,
simpatizaba con el Imperio Alemán, aún cuando mantenía una gris neutralidad frente
a la comunidad aliada. Nilda Bermúdez y María Romero lo explican en su trabajo
sobre El Fonógrafo: El cierre definitivo de El Fonógrafo en el año 1917 por
parte del régimen gomecista, se produce debido a la publicación de
informaciones referidas a la primera guerra mundial en las cuales se criticaban
algunos aspectos de la política alemana, cuando en nuestro país tanto el
gobierno como los grupos económicos simpatizaban con esa nación. El escritor
venezolano Manuel Caballero comenta igualmente en su libro, "Gómez, tirano
o liberal", la clausura del diario en agosto de 1917 por su apoyo a los
aliados, El Fonógrafo de Maracaibo... debió cerrar después de treinta y ocho
años de existencia.
Ejemplar del diario "El Fónógrafo" durante la guerra |
El escritor venezolano, José
Rafael Pocaterra, que había sido llamado por Eduardo López Bustamante para
compartir la dirección del diario en Maracaibo, se refiere a la clausura de
"El Fonógrafo" en su libro "Memorias de un venezolano de la
decadencia":
Desde un año antes de
estallar la guerra compartía con los señores Eduardo y Carlos López Bustamante
la dirección del gran diario zuliano -lo único que se ha parecido a periódico
moderno en Venezuela desde que fue fundado por don Eduardo López Rivas y que
contaba treinta y ocho años de existencia. Hasta 1917 estuve en aquella
redacción y nuestra campaña de prensa fue formidable. Por aquella fecha misma,
uno de los hermanos propietarios, Carlos, se trasladó a Caracas, y con el apoyo
de las simpatías aliadas organizó la edición de la capital de la República... A
pretexto de haberse producido un artículo...en el cual se recordaban los
valores espirituales de la causa aliada y las obligaciones morales de la República
ante el conflicto, se redujo a prisión a los hermanos López Bustamante en
Caracas y Maracaibo. La edición de los dos grandes diarios, a ocho páginas era
considerable y significaba el esfuerzo de dos generaciones. Ambas imprentas
fueron selladas; la empresa se arruinó.
El 23 de agosto de 1917, el
periódico fue allanado por tropas del gobierno. Las oficinas de "El
Fonógrafo" en Caracas y Maracaibo fueron clausuradas definitivamente,
terminando con ello, escribe José R. Pocaterra, 38 años de existencia del gran
diario zuliano.
Eduardo López Bustamante se
exiló en Curazao donde vivió dos años expatriado. Regresó a Venezuela bajo
falsa promesa de armisticio y fue encarcelado en el Castillo de San Carlos de
la Barra del Zulia.
Su hermano Carlos fue
llevado a la prisión La Rotunda, en Caracas y Enrique López Bustamante no pudo
nunca regresar a Venezuela. Teresa López Bustamante vivió vigilada por la
dictadura con prohibición de reabrir los talleres del diario y años más tarde
fundaría en Maracaibo el periódico católico, Diario La Columna.
Enrique López Bustamante, corresponsal de "El Fonógrafo" en Madrid |
Carlos López Bustamante
logró escapar a los Estados Unidos donde se convirtió en periodista
internacional de férrea oposición a la dictadura. A su llegada a los Estados
Unidos denunció la simpatía del gobierno de Gómez por los alemanes, la clausura
de "El Fonógrafo" y su posterior detención y encarcelamiento. Las
declaraciones aparecieron en el diario "The New York Times", el 17 de
junio de 1918.
Pionero
en publicidad.
Las primeras ilustraciones publicitarias de la prensa venezolana fueron las publicadas por el diario “El Fonógrafo”, a finales del siglo XIX. Desde 1880 los avisos del diario comenzaron a incluir pequeñas ilustraciones, referidas al artículo que ofrecían, dando un giro a las ventas y al mismo tiempo al diseño del periódico.1314
Ejemplar del diario "El Fónógrafo" en 1880, con los primeros avisos publicitarios de Venezuela |
Esta faceta de “El
Fonógrafo” tiene su momento cumbre en 1919, cuando el diario inaugura en
Venezuela la publicidad a color, a través de múltiples avisos que abarcaban una
página completa. Estos avisos aparecieron en la edición especial de “El
Fonógrafo”, en ocasión del centenario de la independencia de Venezuela,
inaugurando una nueva etapa de la naciente publicidad del país. Con los avisos
de esta edición se dio comienzo al oficio del arte y el diseño publicitarios,
campo que se desarrolló ampliamente en el siglo XX, convirtiéndose en una
profesión colegiada en Venezuela.
Aviso de una página a color del Diario "El Fonógrafo" en 1910 |
Legado
de El Fonógrafo.
El Fonógrafo es referencia
obligatoria de cualquier investigación sobre la Maracaibo de finales del siglo
diecinueve y principios del siglo veinte. El diario dejó para la posteridad un
detallado registro de los acontecimientos de la región zuliana, de la vida de
los marabinos y del acontecer político regional y nacional.
Es además un referente para
la investigación sobre la política internacional de Venezuela durante ese
período y sobre la posición del país en diferentes conflictos internacionales,
como la primera guerra mundial o el movimiento republicano en España.
Escritores, periodistas, profesores y estudiantes, acuden permanentemente a
"El Fonógrafo" para realizar sus investigaciones. La colección
original del diario se conserva en la Biblioteca Nacional de Venezuela, en
Caracas, y en microfilm en la Dirección del Acervo Histórico de la Gobernación
del Estado Zulia, en la ciudad de Maracaibo.
FUENTES:
- Plumacher,
Eugene H. "Memorias". Ciudad Solar editores, Acervo Histórico
del Estado Zulia, Maracaibo, Venezuela, 2003.
- Bermúdez,
Nilda, Romero, María. "Historia de un diario decimonónico: El Fonógrafo;
sus aportes en el estudio de la cotidianidad maracaibera". Editorial
Ágora, Trujillo, Estado Trujillo, Venezuela, 2006.
- "El
Fonógrafo", ejemplar original de la edición especial del 19 de abril
de 1910, Maracaibo, Venezuela, Imprenta Americana, 1910.
- Tarre
Murzi, Alfredo. "Biografía de Maracaibo". Bodini S. A.,
Barcelona, España, 1986.
- Pocaterra,
José Rafael. "Memorias de un venezolano de la decadencia". Monte
Ávila Editores Latinoamericana, C. A., Caracas, Venezuela, 1997.
- The New York Times. "Here to report on
teuton propaganda". Información publicada en la edición
del 17 de junio de 1918.
- Biblioteca
Nacional de Venezuela, Caracas, Venezuela.
- Dirección
del Acervo Histórico de la Gobernación del Estado Zulia, Maracaibo,
Venezuela.
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